Por mis años como logopeda en el ámbito de la Atención Temprana, intento mirar desde los ojos de los niños, dónde no se entiende la terapia sin juego. Por esos años, no entiendo una Logopedia que no pase por disfrutar, moverse, motivarse, reírse, y ahí y sólo ahí, trabajar sobre las necesidades existentes. También es aquí dónde aprendí sobre el papel fundamental de la familia y el entorno para la consecución de todo aquello que nos propongamos. Sin vosotros, no es posible.