Por mis años como logopeda atendiendo a población infanto-juvenil, entiendo que no hay aprendizaje ni motivación sin que exista un buen vínculo terapeuta- paciente. Creo en el poder del sistema educativo y la necesidad de la coordinación con el mismo. Les vi esforzarse por superarse cada día, y entendí que los niños son capaces de todo si hay personas que creemos en ellos.
Con todo esto presente en mi mente cada día, busco ofrecer lo que está en mi mano para acompañar a niños y jóvenes y a sus familias, en las necesidades en el lenguaje, el habla, la comunicación, la alimentación y la lectoescritura que puedan surgir.